Por motivos de trabajo la semana del 12 al 18 de Abril estaba en Mountain View (California). La erupción de un volcán en Islandia esa misma semana provoca que la cancelación de mi vuelo San Francisco-Munich-Madrid, originalmente planeado para el viernes 18. Este es el relato lo más telegráfico que he podido de mi aventura tratando de volver a casa.
Viernes 16 de Abril.
Llamo a la central de reservas de Lufthansa y las líneas están saturadas.
En la página web, sección ponerse en contacto con email, relleno y envío un formulario preguntando que opciones tengo. Aparece inmediatamente en mi inbox un correo automático en el que dicen que han recibido mi pregunta y que la comienzan a procesarla "inmediatamente".
Ignoro la posibilidad de enviar un mail a Lufthansa. Todavía estoy esperando a que procesen "inmediatamente" mi mail del pasado viernes 16.
Intento hacer el cambio del billete por internet.
¡No es posible! ¿Por qué si puedo reservar fácilmente por internet no puedo cambiar el billete por internet? ¿Por qué es necesario llamar a una central de reservas? [especulación]Porque ya te han vendido el billete, favorecerte el cambio del billete lo ven como un coste[/especulación]
Insisto en mi intento de ponerme en contacto con la central de compras de Lufthansa.
Después de muchos intentos. ¡Bingo! Me contestan y me ofrecen cambiarme el billete.
Un vuelo San Francisco-Frankfurt-Madrid. Operado por Lufthansa (una página web menos a consultar). El próximo Martes 27 de Abril. ¡Siete día más tarde!
Queriendo asegurarme una opción de vuelta a casa le digo que si, que vale, que me reserve ese billete.
Me pongo a buscar alternativas.
En algunas páginas ofrecen billetes para el vuelo que a mi me han cancelado. En otras directamente no ofrecen vuelos hasta Mayo. Las que tienen vuelos no bajan de los 4.000€ [especulación]Esta crisis aérea le está viniendo muy bien a muchas compañias aéreas[/especulación]
Empiezo a buscar alternativas desde New York.
Entro en la página de Iberia. Selecciono un vuelo New York - Madrid para el Miércoles 21. Me ofrece uno por 2.800 dólares. Es muy caro, pero visto el panorama lo compro.
Resuelvo el vuelo San Francisco - New York sin problema.
Me voy a la oficina.
En el autobús que me lleva a la oficina repaso el itinerario. ¿Qué es esto? El vuelo de Iberia es el 21 ¡¡DE MAYO!!
Pero que he hecho. ¿Sería que era temprano y estaba dormido? ¿Que me equivoqué? ¿Que no me entero?.
Bueno, pues si. Todo eso y que en la página de Iberia la fecha que ofrecía por defecto era el día 24 de Abril. Y si cambiabas el día al 21, automáticamente te cambia el mes a Mayo (verificado una y otra vez). Sin decirte nada. Total para que.
A las 17:00 me pillo un taxi. El tráfico está fatal y llego al aeropuerto a las 18:15. Tengo tiempo de sobra.
Miro los monitores y veo que mi vuelo está retrasado. En vez de salir a las 20:20 los monitores dicen que saldrá a las 20:30. ¡Sólo son 10 minutos!
Me voy directo a facturar. El que me atiende me comenta que hay dos vuelos y que el mío ya no es el vuelo 201 sino que es el 203 y que sale a las 23:30. ¡Más de tres horas de retraso!
Perdón. ¿Cómo dice?.
Que si, que si. Que no pasa nada. Es que tenemos dos vuelos. El 201 y el 203 que estamos repartiendo a la gente y que te ha tocado el 203. El 201 saldrá a las 22:30 y el 203 a las 23:30. Pero no se preocupe "que nosotros volamos".
Venga vale. ¿Y mi tarjeta de embarque del vuelo Casablanca - Madrid?
Pues no puedo dártela porque el vuelo está todavía cerrado. Tendrás que sacarla cuando llegues a Casablanca.
Paso el control de seguridad y me voy a la puerta de embarque. Después de todo en la terminal 1 del JFK no hay nada que ver/hacer.
Me siento al ordenador.
El vuelo 201 empieza a embarcar a las 23:00.
Dan las 12:00 de la noche. Esta claro, he perdido el vuelo de Casablanca a Madrid y muy probablemente no voy a poder asistir a la reunión importante de mañana Jueves.
Tres y media de la madrugada. Han pasado 7 horas desde que el vuelo debería haber salido y nos llaman a embarcar. ¡Bien!
Cuatro de la mañana, el vuelo despega.
Es un vuelo raro. El avión está casi vacío por lo que aprovecho y me cojo tres asientos para dormir tumbado.
A una hora indeterminada me despierto con un hambre atroz. No me extraña en la oficina de New York se come a las 12:00 y desde entonces no había tomado bocado.
Me levanto. Todo el mundo duerme. ¡Incluso las azafatas! Están tumbadas en los asientos durmiendo en la parte de atrás como si fueran pasajeros.
Me voy a la cola del avión y me encuentro a un pasajero comiendo.
¿y tu de donde has sacado esto?.
De aqui. Y el tio se pone a sacar los carritos de comida del avión.
Yo, acuciado por el hambre, me pongo a rebuscar hasta que encuentro una bandeja de desayuno. Esto no es normal ¿no? Las azafatas durmiento tranquilamente y yo asaltando los carritos de comida.
Me pongo a comer. Un momento campeón, que el yogur está caducado. ¡Desde hace quince días!
Con temor, pero también con mucha hambre me como el croisant y la magdalena de chocolate. El yogur lo dejo.
Un avión recién reparado, la tripulación dormida, la comida caducada. No son las señales más alagüeñas, pero oye, el avión vuela (¿milagrosamente?) y acaba aterrizando en Casablanca.
A una hora indeterminada me despierto con un hambre atroz. No me extraña en la oficina de New York se come a las 12:00 y desde entonces no había tomado bocado.
Me levanto. Todo el mundo duerme. ¡Incluso las azafatas! Están tumbadas en los asientos durmiendo en la parte de atrás como si fueran pasajeros.
Me voy a la cola del avión y me encuentro a un pasajero comiendo.
¿y tu de donde has sacado esto?.
De aqui. Y el tio se pone a sacar los carritos de comida del avión.
Yo, acuciado por el hambre, me pongo a rebuscar hasta que encuentro una bandeja de desayuno. Esto no es normal ¿no? Las azafatas durmiento tranquilamente y yo asaltando los carritos de comida.
Me pongo a comer. Un momento campeón, que el yogur está caducado. ¡Desde hace quince días!
Con temor, pero también con mucha hambre me como el croisant y la magdalena de chocolate. El yogur lo dejo.
Un avión recién reparado, la tripulación dormida, la comida caducada. No son las señales más alagüeñas, pero oye, el avión vuela (¿milagrosamente?) y acaba aterrizando en Casablanca.
Son las 15:00 de la tarde. He perdido mi conexión hacia Madrid. Esta claro que ya no llego a la reunión en Madrid. Me voy al mostrador de tránsito y me asignan a un vuelo a Madrid que sale a las 16:30. ¡Bien!
Dan las 16:30 y no hay signos que de vayamos a embarcar en el corto plazo. Esto vuelve a pintar mal.
Me llega un email de Lufthansa diciéndome que todos sus vuelos ya están operando con normalidad. Pues ya me quedo más tranquilo.
Un montón de pasajeros con destino a Milán se empiezan a agolpar en la puerta del vuelo a Madrid. Están bastante mosqueados, al parecer llevan mareándoles de una puerta a otra todo el día.
Empiezan a protestar. Hay ¿¡aplausos!?, chillidos y empujones. Aparecen tres policías. Eso si, con mucha calma.
De repente llaman a embarcar a los pasajeros con destino a Madrid. Pero la puerta esta tomada por los pasajeros con destino a Milán.
Inexplicablemente son ellos los que entregan sus tarjetas de embarque y se suben al avión.
Los pasajeros con destino a Madrid estamos confundidos. Las azafatas lo único que dicen es: "En este momento no tengo información que dar".
Nos toca esperar. No mucho, pero con el nivel de confusión reinante la espera se hace eterna.
Llega un avión y embarcamos.
A las 19:00 despegamos. ¡Bien!
Llegamos a Madrid sin problema.
Ahora la maleta. Si llega será prácticamente un milagro.
Pues no sólo llega sino que sale la primera. Ole, ole y ole.
A cuidarse